El cómo no cambia tu vida, al contrario te limita

¿Has creado una limitación que te agobia?

Abrázala, ámala… y cambia.

Por más que abraces y ames esta limitación, si sigues haciendo lo mismo no podrás modificar la realidad que vives en este momento.

¿Y qué debes hacer para cambiar?

Empezar a usar ese poder de la "Presencia Yo Soy" que tienes.

Y con él empezar a crear con amor y armonía lo siguiente que deseas para tu vida.

No busques cómo resolver esa limitación, porque de eso se encarga el Universo.

Tienes que observar bien qué es lo que quieres y determinarlo con exactitud.

Como te he dicho en otras ocasiones, el error consiste en pedir el cómo y no el qué.


El cómo no cambia tu vida.

No estás abrazando tu limitación; te has limitado a darle una orden específica al Universo para intentar solucionar un problema específico.

No necesitas ser específico, ya que el Universo tiene infinitas posibilidades, y encontrará la más idónea para resolver tu problema.

A tal punto la encontrará que ni te vas a dar cuenta de que ha sido el Universo quien resolvió esa dificultad.

Entonces, el cambio que debe empezar en ti no consiste en encontrar el cómo se van a resolver las situaciones.

Por ejemplo, si tienes un problema en tu relación matrimonial, la solución no es hablar y hablar con tu pareja.

La solución es observar una relación armónica y sólida, y luego decir: Tengo una relación perfecta.

Que no te importe cómo te la trae el Universo.

Tal vez te quita a este marido y te pone otro.

Puede ser, porque si el actual te resulta tóxico es muy probable que no sea la persona ideal para tu vida.

En resumen, no tienes que darle órdenes específicas al Universo.

En este caso, ¿cuál fue la limitación que creaste? Atraer una relación tóxica.

En otros, tal vez sea atraer una enfermedad o carencia de dinero.

Para todos los casos, la solución es la misma: expresa lo que realmente quieres para tu vida.

Di: Yo tengo una salud inquebrantable y perfecta.

Cuando dices: Todo mi cuerpo está sano por completo, estás trabajando con tu poder infinito.

Entonces, no importa el problema que tengas, por más grave que sea.

Expresa: Tengo una relación de pareja estable, armónica y de amor mutuo.

No digas: Tengo una relación perfecta con Fulanito, porque eso es dar el cómo.

Lo mismo aplica para las finanzas.

Un error muy común es pedir un préstamo del banco para pagar la renta o la hipoteca del mes. Eso es pedir carencia.

Lo más conveniente no es pagar los gastos de un solo mes, sino afirmar: Yo gano más dinero de lo que gasto.

O decir: A partir de este momento tengo todo el dinero que deseo para mi uso y goce.

También: A partir de este momento todo lo que gasto se vuelve multiplicado.

Ni siquiera pienses en tener dinero para ahorrar. Ahorrar es observar que algún día vas a necesitar dinero. Es un pensamiento de carencia.

Si afirmas: Tengo dinero para pagar la hipoteca, el Universo te responde: “Ah, eso es fácil. Te lo doy”, pero llega otro mes y no tienes el dinero para la hipoteca, y de vuelta a sufrir.

¿Por qué no puedes resolver la situación de una vez por todas? Porque estás pidiendo carencia. La solución es aceptar la vida como es y hacerte cargo del cambio.

Determina lo que deseas para tu vida a partir de este momento, para toda tu vida y hasta para toda tu eternidad.

No te veas limitada o limitado por la muerte.

Di: A partir de este momento y para toda la eternidad, gano más de lo que gasto.

Si eres poder ilimitado, ¿por qué vas a pedir carencia?

Debes tener una visión grande y sueños enormes.

No pidas sueños chiquitos, porque al hacerlo, el Universo te los otorga, pero podrías estar creando nuevas limitaciones con ellos.

Los sueños limitados no son sueños correctos.

El cambio comienza cuando pones a tu servicio el amor y la inteligencia para usar el poder ilimitado que posees.

El primer paso para salir de estas limitaciones es aprender a enfocarte en tus metas y crear tus procesos creativos basados en los deseos de tu alma.

Mira el enlace aquí debajo.

Curso de Decretos

Rosanna Biglia,
Equipo Escuela QMM

PD. ¿Quieres aprender a pedir el qué y no el cómo? Ve al enlace de aquí arriba.